martes, septiembre 23, 2008

Mi Abuelo

Hoy cumpliría ciento cinco años don Damián, mi abuelo materno, llegó hasta noventa y dos años, se sentaba, se pedorreaba y cantaba aquellas canciones de la época de la revolución mexicana. Se fumaba de aquellos puros que emborrachan y le gustaba el aguardiente (del más fuerte). Los últimos años de su vida estuvo ciego, una vez lo guié hasta una sesión espiritista. De pronto mi abuelo entró en transe y se presento el espíritu de mi difunta abuela que no me había conocido en vida y dijo que deseaba conocerme, estaba un poco asustado pero dejé que me condujeran hasta mi abuelo y escuché lo que mi abuela tenía que decirme. Luego vi a don Manuel Hernández –quien dirigía aquel centro espirita- entrar en transe y entonces se presentó el espíritu de el doctor Basilio C. de Gómez a dar consejos a los enfermos.

Por aquellos mismos años yo estudiaba la primaria y cursando tercer grado fui con la queja a mi abuelo que la maestra me había pegado, en realidad me pegaban constantemente las maestras porque yo chingaba mucho. Después de escucharme me dijo: “esperaté le voy a pedir a los buenos espíritus que le manden un castigo a esa vieja”. Yo era tan crédulo, y así como pasan las cosas a la seño Aura Marina le empezó una su gripe de aquellas matadoras, me puse contento y se lo fui a contar a don Damián, el me respondió: “ya viste que resulta”. A mis nueve años yo quede confiado que los buenos espíritus le habían mandado la gripe a mi maestra. La seño Aura Marina andará pasando los sesenta años y ni se imagina quien le mandó aquella su peste, ja, ja, ja.

Papámian había sido bien mujeriego de joven y aún ya viejo y ciego le andaba echando los perros a doña Ángela, la señora que lavaba la ropa en mi casa, a veces pienso que él creía que yo tenía más edad y me hablaba de todas esas cosas con las mujeres, de cómo conquistarlas. Fue escandaloso, peleonero, borracho, en fin alegre, pero cuando se trataba de orar e invocar a la virgen, a todos los santos y a los buenos espíritus era bastante serio, yo siempre lo vi orar cada noche de las que estuve con él.

De mi abuelo fue que empecé a escuchar de Sócrates, de Platón, de los filósofos romanos pero sobre todo de Allan Kardec, pertenecía la escuela Kardeciana que llegó a Guatemala allá por los años veinte del siglo pasado.

Revolucionario hasta los huevos, recordaba con odio a los liberacionistas y la forma en la que lo habían expulsado de la parcela que había obtenido durante el gobierno de Arbenz. Estuvo preso, fue soldado raso, y tenía un machetazo en la cara que le propinó un marido ofendido. ¡Qué vida tan alegre!

Una tarde lo fui a visitar, lo encontré muy enfermo, estaba bastante fatigado por sus dolencias, se sentó en la cama e hizo el esfuerzo de comerse un tayuyo y tomarse un poco de café amargo que mi mamá le había mandado. Como le encantara platicar, hablamos un par de horas y me fui, la noche siguiente murió. Lo enterré muy sereno, su muerte no me interesa sino los maravillosos años que de chico conviví con él.

Anécdota: siempre he creído que papámian me creía mayor, una vez me pidió que le cortara las uñas de los pies, me proporcionó una navaja afilada, él estaba ciego por supuesto y no advirtió que, como sucedió más tarde, yo junto con la uña habría de cortarle media yema del dedo gordo del pie derecho.

jueves, septiembre 18, 2008

Los dilemas del Doctor House

Doctor House:

"Si Crees en la eternidad lo que haces ahora no tiene sentido"

La Paciente:

"Si no crees en la eternidad qué sentido tiene lo que haces ahora"


La honda era sobre abortar o no abortar al producto de una violación, House por supuesto estaba a favor de que la muchacha abortara.

House:

"Si Dios existe y permitió que te violaran entoces debe odiarte"

La Paciente:

"¿Crees que quién me violó está arrepentido?"

miércoles, septiembre 10, 2008

Los Topes 1

“No hallaran otro recurso cuando comprendan que el análisis científico remueve la máscara bajo la cual se oculta el verdadero rostro de nuestra realidad nacional”


“justamente el hecho de que la mitad de los guatemaltecos sean todavía indios constituye el más voluminoso elemento de juicio para afirmar que la realidad colonial pervive en nosotros”


“La opresión hizo al indio”


“Ese golpe es, siempre, un requisito indispensable para dar paso hacia una concepción científica y revolucionaria del indio. Tal concepción percibe el peso de la colonia en el complejo cultural del indio, y no hace de él un fetiche. No afirma al indio en tanto que es portador de un pasado colonial, sino en tanto que es capaz de sacudirse ese pasado y desarrollar potencialidades humanas ilimitadas”


“El tractor, la máquina en general, el manual de mecánica, el texto práctico de agronomía popular, los folletos instructivos de los insecticidas y los abonos químicos, el cursillo intensivo de zootecnia, la prensa escrita y la radio transistores, el estatuto de la cooperativa, todos los elementos del desarrollo moderno –incluidos los que no podemos prever- le exigirán la unificación idiomática al indio, y aun la diversificación mirando hacia los idiomas en que se encuentra vertido el saber progresista y útil de nuestro tiempo. El ritmo de la transformación idiomática dependerá estrictamente, claro está, del ritmo de la liberación económica y general del indio"


“La desindigenización conlleva siempre el abandono de actitudes y temores de siervo; rompe el exasperante círculo del indio encerrado defensivamente en la prisión de su ser colonial”

“y eso es lo que le confiere a la música de chirimía el aire inseguro y quejumbroso que suele entenderse como la expresión de “la tristeza de la raza vencida”. Se trata en realidad de otra cosa: tonadas de inconfundible origen castellano”


“Hay algo más deprimente que el baile mismo de la conquista, para cuyas entradas e interludios suele usarse el instrumento que arriba comentamos y el tambor de guerra español (…) Los efectos psicológicos de semejante visión mágica y fatalista de la conquista tienen que haber sido deseables para los grupos dominantes de la colonia”


“Si el indio es un resultado colonial –como lo demuestra el análisis histórico- entonces su cultura es también colonial, y la explicación de dicha cultura sólo puede hallarse en el estudio de la situación y las funciones desempeñadas por el indio en el régimen colonial. Si todo ello es cierto –y habrá que tenerlo por cierto mientras no sea refutado con aportaciones históricas concretas- entonces la cultura del indio expresa la perduración de la servidumbre hasta momentos muy recientes, y es, en general, testimonio de la perduración de la opresión”


“Pensar que puede conseguirse la transformación económica del indio y al mismo tiempo pueda permanecer “el indio en si” es pensar fantasías”


Unos estudiantes de Quetzaltenango llamaron racista al insigne maestro Severo Martínez Peláez por haber afirmado lo arriba descrito. Todas estas frases pertenecen al último capítulo de la “Patria del Criollo” en el apartado “Cultura del indio”.


Pero lo que había dicho anteriormente le confirió el derecho de postular tales reflexiones.


Hace unos días me consultaron sobre el atraso del mundo rural guatemalteco para cierto programa que desean implementar en el ministerio de educación. Me preguntaban cuántos años de atraso con respecto de lo urbano, pero además me inquirían con respecto del primer y el tercer mundo. Me decían: ¿son diez, son cuarenta, son cincuenta, cuántos años? Los mandé a leer La Patria del Criollo, les dije, por ejemplo, que el machete es colonial. En realidad, aunque les caigan mal a algunos estas palabras, son problemas estructurales. “La colonia y nosotros” se llama el último capítulo del libro de son Severo y ¡cuán vigente sigue este texto!



Existe una frase muy pretenciosa que Nietzsche pone en boca del profeta Zaratustra: “El hombre es algo debe superarse”. En otro lado este mismo autor se refiere a “esa enfermedad llamada hombre” Nos encontramos ante quien desde su punto de vista presencia la urdimbre social, la decadencia de la cultura occidental. Vemos a una persona a la que la sociedad moderna le produce desencanto, pero ¿qué espera Nietzsche más arriba del hombre? El superhombre sigue siendo, al final, hombre. Un teólogo, Karl Barth, se refiere a estas pretensiones nietzscheanas como “una insolente mentira”, Barth está preocupado ante la desesperanza con la que a constante se ve toda actitud humana, el superhombre resulta un poco metafísico.


De pronto quedaría mejor entremezclando a Nietzsche y a Martínez Peláez: “El Indio es algo que debe superarse” En este caso el indio superado no dejaría de ser hombre, pero sería un hombre, como dice don Severo, capaz de explotar potencialidades humanas ilimitadas.

martes, septiembre 02, 2008

LA FUGA

¡Cómo, ahora huyes?


Has sido puesta en cuestión


Te han aguijoneado


Te han desnudado


Te ha avergonzado



¿Quién te persigue?


He escuchado un grito que te desgarra


Me estoy alejando de ti


Te usaré como parodia


En la noche he descubierto quien te ha vencido: La Belleza