Hace doce años, un día después que asesinaron a Monseñor Gerardi, yo estaba en una de esas giras que hacen los visitadores médicos a los departamentos. Alguien de repente le hizo una broma a otra persona: “sólo dejó matado al cura y se vino verdad usted”. Yo no sabía a quién se referían, no tenía ni idea de lo que ese tal Gerardi significaba para ese entonces. Luego en esa misma semana empecé a escuchar teorías sobre quién se habría echado o mandado a echar a Monseñor.
Por aquellos días yo sólo quería ir de clínica en clínica, de farmacia en farmacia, tener el mejor carro, cantinearme a las secres de los médicos, a las señoras de las farmacias, y ya está. Poco me importaba entonces quién fuera Gerardi y por qué lo habrían matado. ¿Qué se me podría reclamar? Yo era un patojo, bastante patojo, preocupado por hacer billete. ¿Podría acaso afectarme en ese camino la muerte del obispo? ¡Qué apatía por la vida y la muerte de este hombre! ¿Y qué?
Perdóneseme el ponerme de ejemplo, pero creo que con una sociedad muy parecida a ese que era yo, han tenido que luchar los que intentan esclarecer este vil asesinato. La justicia por cierto no es uno de los valores supremos de esta sociedad en donde se viene demostrando y luego reconociendo que el único derecho que está, es decir, el estado de derecho, es el de el más fuerte. Quiero decir que el derecho como tal no es sancionado jurídicamente, sino antes los es por la violencia o por el dinero.
Pensemos por ejemplo en la mediatización en todas las esferas que se ha hecho del caso Gerardi, pero además, la cantidad de muertos horriblemente y la cantidad de exilados que ha dejado. Y es que los del extinto EMP y que aún son parte de algún lado oscuro no se andan con ninguna discreción para aterrorizar a la gente que ose acusarlos o enjuiciarlos. Fiscales, jueces, testigos clave y fallecidos no nos dejaran mentir.
¿Y la apatía de los gobiernos? ¿Y de este gobierno? Bueno, por mucho que se diga ahora, pero los presidentes desde Vinicio Cerezo han tenido que venírsela jugando para mantenerse en medio de estos miembros retirados o activos del “glorioso”. Acaso haya sido durante el gobierno “más corrupto de la historia” (como lo llaman aquellos a los que aún no les pasa), cuando se tuvieran los mayores avances del caso.
Bien han hecho su trabajo los injustos y los que obstruyen la justicia, la misma mierda al fin, que muchísima gente de este país (los he escuchado) aún dicen: “Gerardi se lo buscó por guerrillero y por comunista y por hueco” O más refinadamente LaGrange y Rico.
