jueves, agosto 31, 2006

Aristóteles y Tomás de Aquino creían en Dios pero Dios no cree en ellos.

Un Prologo:

En el principio ya existía la soledad,
y la soledad estaba con Dios y lo interpelaba,
culpa de la soledad que Dios hizo todas las cosas:
La Palabra ya no quizo ser monólogo.

(...) tanto buscó Dios compenetrar con su creación
que finalamente se hizo mundano: los mudos hablaron.

"Algunos son capaces de crear para no estar solos, incluso al Señor Wilson en EL NAÚFRAGO de Tom Hanks"