sábado, febrero 16, 2008

"El Abismo"


No hay fondo
No hay tope
Continuarás cayendo

¡La eternidad es larga!

domingo, febrero 10, 2008

A mi amiga

Cuando niño pensaba que este mundo era nuestra creación

De pronto es únicamente tuya y me creaste para no sentirte

¿Quién sabe? Por lo menos motivaste la existencia, la hiciste plena

Me di cuenta de existir el día que te me hiciste la más profunda


He vuelto a sentirte muy cerca

Tu presencia, es anterior a la mía por supuesto

Yo vine luego a hacerte compañía

Después te adheriste a mí y nunca me has abandonado

Eres mía, la única verdaderamente mía

domingo, febrero 03, 2008

ZAPETA, LUTERO Y LOS DOS REINOS

Para limpiar su cagada, por aquellos tiempos de la Reforma Protestante, el eximio teólogo Lutero desarrolló la llamada doctrina de “los dos reinos”. Fiel a la tradición neoplatónica de su padre espiritual Agustín de Hipona (por ejemplo Civitas Dei) este fervoroso y “bonachón cura” consolidaba, para bien de sus amados príncipes prusianos y de más yerbas, pero también para su propia causa la separación del los poderes temporal y eterno. Ahora la Iglesia cuidaría de lo ultramundano y los gobernantes de lo mundano: “gobernar aquí pertenece a los príncipes que Dios ha puesto, los curas que gobiernen la Iglesia”. Surge por allí el Estado Moderno y una creciente tendencia de secularizar la historia. Claro estaba, los curas no dejarían de ejercer presión sobre los seres humanos como buenos coadjutores de los príncipes. Con justeza Diderot diría más tarde que el mundo estaría mejor el día que ahorcaran al último príncipe con las tripas del último cura.

Si nos damos cuenta, a pesar de todos los intentos de secularizar la historia en Occidente, la gente sigue muy preocupada por el más allá, por el paraíso, por el cielo, por el infierno, por la gloria, etc. Lo anterior conlleva que todo poder que hegemoniza en una sociedad necesite de un clero servil que maneje adecuadamente las categorías que he citado.

Pongamos lo de más arriba en perspectiva de lo que dice el maestrísimo antropólogo Estuardo Zapeta, quien desearía que los curas guatemaltecos se mantuvieran rezando decenarios, novenarios y hablando de los consuelos eternos para las almas pías. De lo que pase fuera de los templos y de la “vida espiritual” de los feligreses los curas deben cerrar la trompa. ¡Burdo platonismo de la chusma que resulta esta clase de cristianismo que anhela ver nuestro venerable traxcalteca! Pero ¿a qué se debe que los feligreses asistan asiduamente interesándose –como forma de consuelo- en los aspectos ultramundanos? Las apologías sobre el más allá son una vulgar forma de alienación cuando el más acá es una verdadera mierda.

"Calle a sus muchachos que nos joden el negocio" es lo que se le suplica Zapeta a Benedicto XVI. http://www.sigloxxi.com/index.php?link=opinion&opinionid=3606

Toda religión se orienta por el contexto social en que se práctica, los discursos que articula se ven orientados por esta realidad situada. Una religión que no funcionará en este sentido carecería de fondo histórico, yo le llamaría religión nihilista.

Las sociedades más asimétricas son las más conflictivas (agua azucarada). En las sociedades más conflictivas todo es más susceptible de ser politizado. Todo interés religioso esconde siempre un interés político. Las demandas de discursos religiosos se dirigen a los clérigos de parte de los laicos para justificar o criticar una forma social existente (existente aquí y ahora). Todo científico social debería muy bien saber esto. ¿Le extraña que los curas sean políticos señor Zapeta? Las demandas por el Reino de Dios son demandas políticas mi querido neo.

El problema señor Zapeta es que a usted –a quien imagino conocedor de la teoría sociológica de la religión- el clero guatemalteco le resulta disfuncional a los intereses de sus patrones, quiero decir a la clase hegemónica.

En su columna Zapeta le confiere a Benedicto XVI ser el abanderado del Reino de Dios en esta “secular existencia”, pero además le recuerda que sus muchachos en Guatemala están abanderando el “Reino de las tinieblas”, ante lo que le requiere su oportuna intervención. ¡Buena forma de separar lo sagrado y lo Profano! ¿Querrá decirnos que a Dios le importan poco la economía y la política asuntos tan profanos?

En los evangelios el Reino de Dios se plantea como un acontecimiento histórico, quiero decir en el tiempo y el espacio, formas en la que deviene la existencia humana. Puede ser que el clero guatemalteco entienda bien esto y que ello le inflame las venas hemorroidales a nuestro querido antropólogo.

“Si por el dedo de Dios loa demonios son expulsados, ciertamente el reino de Dios ha llegado a ustedes”

“El Reino de Dios ha llegado, arrepentíos y convertíos”

Por cierto: ¡El Reino de Dios se hace rudo y con violencia se consigue!