martes, octubre 12, 2010

Octubre mes caliente

El peligro amenaza tanta el patrimonio de la tradición como a los que lo reciben. En ambos casos en uno y el mismo: prestarse a ser instrumento de la clase dominante. en toda época ha de intentarse arrancar la tradición del respectivo conformismo que esta a punto de subyugarla. El Mesías no viene únicamente como redentor, viene como vencedor del Anticristo. El don del encender en el paso la chispa de la esperanza sólo es inherente al historiador que está penetrado de lo siguiente: tampoco los muertos estarán seguros ante el enemigo cuando éste venza. Y este enemigo no ha cesado de vencer. (Walter Benjamin)



Se está dando un intento bastante corriente (bien chusma) por desperfectizar a los gobiernos revolucionarios del 44-54. cómo si los historiadores hubiéramos estado pretendiendo presentarlos sin mácula.

Escucho, veo y leo por todos los medios a gente que tan autorizada se siente para hacerlos ver como lo peor que le pudo pasar al país. Escuchen, lean y miren a la todos los UFM; maestros y alumnos y todos los chuchos de pueblo (que ladran por ladrar para hacer coro al primer ladrido).

Si tan malos fueron dichos gobiernos, ¿acaso necesitan que haga de ellos diatriba para demostrarlo? ¿La importancia que le prestan no nos hacen sospechar de pronto?

la pretensión constante por dominar el campo de las ideas, se sucede porque el conjunto de ideas de todo tiempo son como un botín que ayuda a quienes viven de maravilla en una época tan miserable en su intento de demostrarnos que aquel tiempo pasado no fue mejor; que no se debe recuperar, ni mucho menos se deben de recobrar sus esperanzas. Pareciera que desearan borrar aquella época de nuestras páginas históricas.

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