viernes, noviembre 09, 2007

Se acabó la U

Entre las peculiaridades más dignas de mención del temple humano», dice Lotz, «cuenta, a más de tanto egoísmo particular, la general falta de envidia del presente respecto a su futuro». Esta reflexión nos lleva a pensar que la imagen de felicidad que albergamos se halla enteramente teñida por el tiempo en el que de una vez por todas nos ha relegado el decurso de nuestra existencia. La felicidad que podría despertar nuestra envidia existe sólo en el aire que hemos respirado, entre los hombres con los que hubiésemos podido hablar, entre las mujeres que hubiesen podido entregársenos. Con otras palabras, en la representación de felicidad vibra inalienablemente la de redención. Y lo mismo ocurre con la representación de pasado, del cual hace la historia asunto suyo. El pasado lleva consigo un índice temporal mediante el cual queda remitido a la redención. Existe una cita secreta entre las generaciones que fueron y la nuestra. Y como a cada generación que vivió antes que nosotros, nos ha sido dada una flaca fuerza mesiánica sobre la que el pasado exige derechos. No se debe despachar esta exigencia a la ligera. Algo sabe de ello el materialismo histórico.

Walter Benjamin (tesis de filosofía de la historia No. 2)



Hay un libro de Sören Kierkegard (ese chavo andaba en algo) que se llama “Lo uno o lo otro”. En el nos recuerda una tragedia de la vida: los niveles de arrepentimiento: “de todo te arrepentirás”. Bueno en mayor o menor medida uno se arrepiente de las cosas que hace, quiero decir, de qué me voy ha arrepentir más: ¿de hacerlo o de no hacerlo? Qué vergueo, puede que en ello vaya incorporada cierta culpa, pero los demás libros de Kierkegard van en eso de la angustia de elegir, o, de dónde proviene eso que llamamos culpa. En eso de lo que uno elige, la condena de ser libre sartreana, ya Sartre nos ha dicho que sólo el futuro le dará sentido a nuestra vida, en tanto nuestra vida sean nuestros actos y éstos significan elegir. El futuro es hoy y, nos está diciendo si tomamos a no la mejor elección.

Antes de seguir quiero decir, que aparte de que siempre haya simpatizado con el marxismo, también lo he hecho con el existencialismo y; éste Kierkegard (cuya vida se parece un poco a la mía) es el padre del existencialismo.

Miren ustedes, eso de los arrepentimientos, es también un asunto que da sentido a la vida, porque hay arrepentimientos pasajeros y otros que permanecen por más tiempo y llegan a causarnos daños muy serios.

¿Para que tanta paja? Tengo 31 años, es el medio día de mi vida (Nietzsche). Terminé mis estudios universitarios, llegué algo viejo a la U, el año que viene espero hacerme licenciado, tengo punto de tesis, plan casi aprobado ¿qué más? No es que me interese mucho ser licenciado, eso es algo por lo que no he sufrido con apremio, pero debo tener cartón para acceder a los estudios de doctorado, vaya tampoco me interesa que me digan doctor, lo que me interesa es seguir estudiando. Para aquellos que se burlan de la San Carlos, que allí la gente solo a pelársela va, que qué desperdicio de recursos. Pues no, hice mi carrera en el tiempo justo, ni un año más.

¿Qué fue la U? lo mejor que me pudo haber pasado en los últimos cinco años, me arrepentía muchas veces, cuando pasaba noches enteras investigando para los trabajos, eso sí, al día siguiente llegaba como la gran puta al trabajo. No se a cuánta gente insulté con esos desvelos, lo fregado es que ahora he aprendido a dormir poco, ya dormiré bien el día que me muera. Cada vez que era fin de semestre ya no quería seguir y, me preguntaba ¿qué putas hago aquí, en lugar de estar echado en mi cama o con alguna mujer querendona? Bueno, eso de la mujer querendona no es muy serio porque soy de los más tímidos. Al final esos pequeños arrepentimientos no son nada con las grandes alegrías que significó para mí la San Carlos. Si no hubiera entrado a la U, entonces sí que me hubiera arrepentido grandemente buscando que hacer. Eso de tener que irme me tiene un poco melancólico.

¿Qué más fue la U? En ella conocí a mi mejor amigo, ese serote sabe lo mucho que lo aprecio, cuando llegó entrado ya el primer semestre pensé que era seminarista y futuro cura, ¡que sorpresa! Es un hijueputa (más que yo), bueno una cosa no riñe con la otra. Tengo otro amigo al que quiero mucho y, que es un borrachazo, el muy hueco se cambió de carrera en el camino y se metió ha cosas de mulas pero bueno también esta a punto de graduarse. Los tres hemos vivido ¡aquellas borracheras! Ah, ¡que momentos tan felices! Somos unos patanes, mal hablados, irreverentes, cosa que al final hasta algunos de nuestros profesores llegó a gustarle. A veces me imagino dando clases con malas palabras en la U, eso sería maravilloso. Con los amigos se chupa y toda la cosa, pero ellos saben también ser un refugio en los momentos difíciles. Entre ateos y teístas, aquellas chingaderas fueron de lo mejor, los pequeños arrepentimientos no son nada comparados con los gratos momentos de esta mi juventud.

También tengo dos amigas de carrera, una de ellas acaba de tener una pérdida irreparable, hemos estado con ella y esperamos seguir estando. Lo que más me impresiona de ellas es que nos hayan hecho huevos a pesar de lo patanes y borrachotes que hemos sido, deben querernos mucho.

Finalmente todo lo que hayamos aprendido puede ser paja o cierto, pero la amistad, esa si que es verdadera. Todos/as fueron siempre mis amigos/as a pesar de mi comportamiento bipolar, quiero decir, que siempre me hicieron huevos, yo era el loco del grupo.

Estamos muy concientes de una cosa, la universidad nos la ha pagado el pueblo, y tenemos que devolverle algo. En cierta medida ya hemos empezado a devolverlo escribiendo en los blogs contra la injusticia, partiendo de los postulados teóricos que hemos aprehendido.

Casi me olvidaba de algo, ¡que mula! Los maestros/as que tuvimos, cuatro de ellos merecen toda nuestra devoción, no se limitaron a ser los malditos que siempre te quieren tronar. Ellos actuaron de una manera muy pastoral, no se limitaron a preguntarnos que habíamos aprehendido o a enseñarnos bancariamente. Ellos se interesaron por nuestros problemas personales, de ellos yo siempre estaré agradecido.

A parte de la despedida del grupo más amplio, con el grupo de mis íntimos agarramos furia y mar. Que ni nos busquen.


2 comentarios:

charakotel dijo...

Felicidades vos! Tenés que seguir echando pija, buena falta hace la gente como vos.
Bien decís que hay que devolver algo de lo que se ha recibido del "populis alma máter guatemalensis".
Salud mano, en verdad me alegra mucho esta noticia.

Ps. Don Søren Kirkegaard (Es su nombre en danés. La doble 'a' en su apellido -que significa cementerio- suena como nuestra 'o' y es una forma vieja de escribir dicho sonido. Actualmente para representarlo se usa la simpática 'å'. En danés le llaman algo como "Soon Kíkegod") vivió por estos rumbos. Me parece que actualmente en ese lugar hay un banco, pero hay una placa que recuerda al filósofo.
Te voy a mandar una foto como regalo de graduación.

- EFPEM?

jose lopez dijo...

Gracias amigo Charakotel.

y gracias por lo de Kierkegaard/cementerio.

Espero la foto.

pd. No soy del EFPEM.