"Las contradicciones existieron siempre en el corazón del hombre. Pero solo se convierten en un problema constante e insoluble cuando preferimos el análisis al silencio. No se trata de resolver todas las contradicciones sino de vivir con ellas y de elevarse sobre ellas, para verlas a la luz de valores externos y objetivos que, mediante la comparación la vuelven triviales" ( Thomas Merton: Pensamientos en la soledad)
Pienso que si queremos resolvernos analizando, es decir, pensando por separado cada una de nuestras contradicciones, entonces estas se convierten en verdaderos dolores de cabeza para nosostros mismos. Pero ¿acaso si las analizamos por separado dejaran de ser contradiciones? Deberían dejar de serlo, en tanto concretizadas, luego, después desearemos controlarlas, neutralizarlas, eliminarlas pero ,de facto dentro de ellas mismas se encuentran otras contradicciones, el soporte de todas ellas es la oscuridad. Todo esto es verdaderamente una estratégia de la existencia.
Cierta vez un muchacho le preguntaba a constante a sus amigos que si lo consideraban inteligente. Ellos le respondían que sí. En realidad el quería escuchar eso mismo para luego inquirir sobre por qué era entonces tan estupido. Tal vez, no es que fuera tan estupido, sino más bien un analista muy técnico de sí mismo y con muy poca estima de si.
Eso de las contradicciones, me parece, como ha dicho Herman Hesse, que tenemos muchas almas dentro de nosotros.
El ser humano no puede separarse de ese extenso -todo lo que vive y todo el tiempo en que lo vive- estado de tensión. En todos estos años, quiero decir, desde que nací, trato aun de acostumbrarme a la tensiva incertidumbre. La incertidumbre por cierto, se rie de mi, así es la historia. Primero me consume, luego me da vida, sucesivamente me consume y depués me da vida.
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