miércoles, agosto 27, 2008

Ateísmo

“La vida no tiene profundidad, la vida es superficial, el ser mismo es sólo superficie. Sólo cuando podáis decir esto en toda su seriedad, seréis ateos; si no, no lo seréis. El que sabe de la profundidad, sabe de Dios” (Xavier Zubiri)


Hace unas semanas por la noche me dirigía a una reunión y venía escuchando un programa sobre ateísmo. La persona que exponía a favor de este tema era un chico llamado Warren Orbo, vengo a recordad lo que decía.

Bueno el tema era interesante, su exposición partía de la dificultad de demostrar científicamente la existencia de Dios. ¡Frio positivismo! Además apelando a un paradigma de certidumbre que colapsó luego de la segunda guerra mundial.

Pues bien, la metodología de su ateísmo está basada en la filosofía positivista. El positivismo debemos recordar, parte de lo concreto, no se molesta en preguntarse por un de dónde o un para dónde, los neopositivistas llegaron incluso a plantearse la fisicalización de la realidad. En esta lógica, si pensáramos que Dios existe, entonces debería ser real y concreto en el sentido positivista, quiero decir pura fisicalización. ¡Pura superficie!

Otro de los argumentos del doctor Orbo estaba relacionado con la existencia, esto desde luego, siempre en una relación positivista: la existencia es concreta, es lo primero y punto. Una razón para la existencia sería otra existencia precedente y esto –dice-es absurdo para la existencia misma, existimos y punto.

Luego, también afirma Orbo que Dios es un problema cultural, quiere decir una creación humana. Los niños nacen ateos pero sus padres les infieren la existencia de Dios.

Tratar de demostrar tanto la existencia de Dios como la inexistencia es una tarea dolorosa al final. Por ejemplo si nos hacemos una imagen de Dios en el sentido positivo (dice el necio en su corazón) y la queremos postular contra o a favor de ¿qué queda entonces del Misterio? Y no me refiero a un Misterio ulterior, sino al puro Misterio humano. Cuando nos referimos a Misterio, nos referimos a profundidad, a profundidad humana. Cada acontecimiento humano es único e irrepetible, esto no significa, por supuesto, relativizar sino humanizar el contenido de la experiencia profunda.

Supongamos que hay una idea universal de Dios, luego se contraría la idea universal de Dios, en ambos casos es puro positivismo, así de universalizante.

Pensemos en la frase con la que termina uno de los libros de filosofía más influyentes de siglo pasado: “de lo que no se puede hablar hay que callar”, esta frase que concluye un texto de filosofía analítica parece dejar abierto un problema. ¿Cómo inicia?: “El mundo es todo lo que es el caso”, “El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas”, “El mundo viene determinado por los hechos, y por ser estos todos los hechos”. Está hablando Wittgestein de los hechos (factos), de lo fáctico, lo concretizado, lo que todos vemos hecho, de lo que podemos hablar. Luego no habla de las cosas y “sólo el hombre es verdaderamente cosa” (Zubiri). El ser humano es más complejo que sus hechos, estos son la superficie de su profundidad, de esta profundidad nadie más que el mismo se puede enterar, de esto calla y luego se lo habla así mismo.

Reformémoslo: hay algo que sólo me puedo hablar a mí mismo.

Desde “Ser y Tiempo” de Heidegger se planteo el método de correlación: primero, no se pueden ofrecer respuestas a preguntas que nadie se hace y, en segundo lugar, toda pregunta nace de una previa experiencia humana que la hace posible y le da sentido. Esto supuesto, en el caso de la pregunta por Dios.

La pregunta por Dios es una pregunta por el ser humano y por la dimensión en la que experimenta su propia profundidad, donde se enfrenta a lo último, a lo definitivo, a lo que le impele, a lo que le posibilita en su realidad, como dijera Paul Tillich: “Lo que le concierne incondicionalmente”, llámese o no Dios


5 comentarios:

Hop Hunahpu (Quintus) dijo...

Será acaso la necesidad de creer en Dios una característica eminentemente evolutiva?

jose lopez dijo...

No lo considero una necesidad, pienso que es una revelación íntima.

Pero es interesante lo de creer o no creer desde la situación evolutiva. Por ejemplo el ser humano es el ser más evolucionado con respecto de todo lo que existe, es el único que puede creer o no creer, ninguno más.

saludos.

charakotel dijo...

Yo sí creo que es una necesidad, pero, será evolutiva o básica?

Saludos a ambos.

Chr.

la-filistea dijo...

A veces es necesario pasar por el 'ateísmo' de ahí ya sin miedos, tabúes, culpas o dogmas impuestos . . . viene Dios como una revelación exclusivamente personal. A huevo!

Saludos!

jose lopez dijo...

¿Podemos darle la espalda a Dios? Sí. Podemos ser a-teos, agnósticos, etc. Este es el plano más amplio de la evolución: un ser que sea tan parecido a Dios, que tenga la libertad de decidir en un marco precisamente de libertad y no de necesidad de él.

Creo que Dios, entonces, ha decidido en su libertad dársenos porque quiere dársenos. Esto signfica que aprecia, admira y anhela lo humano. Así como amamos a alguien no porque tenga necesidad de nuestro amor, sino porque decidimos amarla, entonces el amor es una donación no una obligación.

Quiero decir que la libertad es el paradigma más expresivo de la evolución.

Gracias a ustedes por meterse conmigo en estos vericuetos.