martes, septiembre 26, 2006

Guatemala: Modernidad, pueblos indígenas y conflicto armado. Primera parte.



Guatemala ha estado inmersa desde los fines de la dominación hispánica tratando de superar los problemas que la mantienen echa un muladar. La clase llamada a dirigir ha sido históricamente incapaz de crear cohesión en la totalidad de la población, carente de un carácter burgués, la oligarquía ha estado planteando subterfugios para los problemas estructurales que hoy, aún después de firmados los acuerdo de paz, nos tienen en el atolladero.



Eso que llamamos Modernidad, y que es digamos, el brillo del modo de producción capitalista a nivel mundial nos delata ciertos signos visibles. Sin descuidar otros elementos podríamos mencionar que los paradigmas más elementales de la modernidad son: El Estado, el mercado, la ciencia y el progreso, dicho sea esto que estos aspectos han universalizado la historia en la lógica capitalista. Los citados componentes han estado presentes en el devenir de nuestro país siendo traslados primariamente desde Europa. Pero en las condiciones de nuestro país, lo que para las grandes potencias capitalistas ha servido de brillo, para nosotros ha significado precisamente el freno al desarrollo humano. Cuando se habla para otros contextos de postmodernidad sentimos que ha Guatemala el concepto de modernidad en el sentido más esplendoroso ni siquiera se le hace asequible. Si bien con el asenso de la modernidad la historia fue cada vez más secular, eso no significó que dejara de ser providencialista, en este sentido: “un providencialismo de Estado”, como veremos aquí abajo.



De una manera simplona la guerra civil es vista como un conflicto entre el Estado Guatemalteco y la insurgencia guerrillera, pero esta fue esencialmente un conflicto entre grupos y clases sociales en donde salio vencedor quien manifestaba mayor organización estratégica, y quien presentaba esta característica era la clase dominante, porque controlaba –y controla hoy- la estructura estatal. En nuestra tradición materialista entendemos que el Estado es y ha sido quien a través de si diversas estructuras (represivas o asimilacionistas) defiende los intereses de la clase que detenta los principales medios de producción. Por ello un análisis que desea relacionar las causalidades del la lucha guerrillera deberá siempre hacerlas concomitantes al Estado. En toda formación social el Estado es el lugar donde se ejerce el poder, y a través de la lógica de la modernidad éste se vino a constituir como el dirigente de la historia de cada sociedad particular. De esto se provoca y se concluye que la lucha política de clases se haya dado en torno a alcanzar la posición del Estado (sobre todo para este periodo en que la insurgencia estaba tan influida por el marxismo-leninismo).



Pues bien, la modernidad tiene entre de sus antinomias guatemaltecas al Estado mismo. Este ente que es “llamado a crear las condiciones necesarias para el progreso de los pueblos” es aquí uno de sus principales frenos. Por la característica dependiente de la economía nacional la política es sustancialmente alienígena de Estados Unidos y en el sentido interno servidora de los intereses económicos de la clase dominante. Pasada la etapa revolucionaria y con el advenimiento de la contrarrevolución podemos decir que el Estado Guatemalteco se organizó principalmente como “el gendarme” que reprime a cualquier grupo que disloque el orden de la “paz nacional”. Un país convulso pone en peligro la inversión extranjera, el turismo y el status de lo oligarquía local.



El compromiso del Estado Guatemalteco con la oligarquía lo llevó durante el conflicto armado a dirigir sus orientaciones al proyecto de ésta. No invirtió en desarrollo humano, invirtió en sus aparatos represivos porque es lo que más le interesaba a la clase dominante, además despilfarró corruptamente los pocos o muchos recursos que se le permitió utilizar. La corrupción de los gobiernos militares y su incapacidad política dio paso en nuestro país a la implantación del modelo neoliberal. ¿Quien puede confiar en un Estado tan desprestigiado? Los planes de la era democrática fracasaromn ante el intento, de transformar la estructura de producción, la diversificación, el sistema fiscal, quien los frenó: la oligarquía. ¡La oligarquía guatemalteca siempre ha sido mojigata para pagar impuestos!


Luego de las diatribas contra el Estado pensemos en las características de la oligarquía nacional, esta es históricamente alienada en lo político. El consenso de su dominio ha estdo comúnmente basado en la neutralización violenta de sus contrarios y en el apoyo de las potencias extranjeras. Pensemos por ejemplo en la anexión a México después de la separación del dominio español, la oligarquía no puede controlar por si sola al pueblo bajo que oprime. Nuestra oligarquía no ha tenido intenciones nacionalistas y destruye a cualquier grupo que las tenga, por ejemplo en la década revolucionaria y más tarde con la emergencia indígena en los 60´. Este es un grupo cerrado en todo sentido, por ejemplo en la endogamia, y su carácter la hacer ver como rentista del suelo antes que inversionista. A pesar de todo esto controla la mayoría de la tierra fértil y la subutiliza, de lo que se infiere la subutilización de la fuerza de trabajo. Si la gente no tiene tierra ni trabajo se muere de hambre, entonces se dan las migraciones a la ciudad y al extranjero, se compele la violencia, etc. La industria nacional (la iniciativa privada) se ha desarrollado también bajo las prebendas concedidas por el Estado.



Crecimiento económico en nuestro país ha significado para la oligarquía “inversión extranjera”, además, según dicen, las ventajas de la tierra deben ser dadas para el grupo que más empleos produce y que debe satisfacer las demandas a escala del mercado global: país monoexportador.



El agro nacional siguió atrasado. La frustrada reforma agraria había sido el único intento serio de transformación al capitalismo moderno. La pervivencia de la gran propiedad y del minifundio, hace ver a dos grupos los macroexportadores y los microexportadores. Además la oligarquía hija de los conquistadores se ha posicionado en las tierras más productivas y cercanas a la infraestructura de carreteras y puertos, se da entonces la polaridad entre: tierras bajas/tierras bajas. Luego de la contrarrevolución el Estado guatemalteco bajo la presión de los grupos dominantes ha entregado tierras en los menos productivos. Además se ha hecho ver convencional a todos los grupos sociales la estructura agraria del país, tanto que se ha velado u omitido la propuesta que en años anteriores hicieran los mismos Estados Unidos sobre una reforma agraria



Lo que hemos descrito más arriba es, digamos, un fenómeno de larga duración. Cuando inició el conflicto armado estos problemas eran tema actual y hoy también porque no los hemos superado, se puede sentir que las condiciones para una nueva guerra siguen latentes. Lo que se ha descrito más arriba se resume en: 1) ausencia de modernización sobre el eje estatal; 2) una clase dominante retrógrada unida a los interese gringos y, 3) la contradicción en el agro. Sobre una cuarta posibilidad que es el freno ladino a la movilidad social indígena expondremos en el siguiente apartado.




 

1 comentario:

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Brillante. Totalmente de acuedo.
Le felicito.
Salucdos.