ESTADO FALLIDO

 

El infierno son los otros.
Sartre.


Se está hablando mucho de un estado fallido, ¡pajas! El Estado nacional es fallido desde la independencia de España, quiero decir Guatemala es un proyecto fallido. La independencia de España –acto no proyectado a futuro por las oligarquías del Reino de Goathemala- se hizo para evitar el desenfreno de la chusma y que ésta terminará revolucionando el colonialismo. Aquel camaleón de Gabino Gainza ofrecía antes toda la fuerza de la ley contra los posibles insurrectos, más tarde abrazaba con la panza raspada la independencia y seguir en el hueso. Luego ¿de qué le habría de servir un José Cecilio del Valle, un Mariano Gálvez, un Irrisari, un Mariano de Aycinena etc., a la oligarquía? No de mucho. La República federal fracaso. La conflictividad entre las oligarquías y su negatividad de pagar impuestos, así como la alienación política hizo fracasar el federalismo. Y es que no sólo Guatemala propugno por la anexión a México, los guanacos muy gallitos contra Iturbide también se querían anexar a los Estados Unidos.

Aquel periodo me recuerda nuestra actualidad, milicias privadas al servicio de ciertos señores, muchos mercenarios europeos, matasingas por todos lados. Esta alta conflictividad de las elites económicas hizo surgir una figura deleznable que nos persiguió por mucho tiempo: el dictador. Cuando había que poner mano dura, había que poner mano dura. Aquí sólo a vergazos entienden usted, y esto se quedó enraizado, el problema es quien lleva más verga. Los conservadores y los liberales siempre terminaron conciliando y los de abajo pusieron los muertos y en la guerra que iniciaron los ladinos ¿quién puso más muertos? Morazán terminó con la guerra federal y después Carrera acabó con el conflicto suscitado durante el gobierno de Gálvez. Lástima para ellos que ya no estén de moda los dictadores, porque estos terminaban siendo salvadores del sistema cuando las elites no lograban ponerse de acuerdo. Después de Rafael Carrera, Barrios, Estrada Cabrera, Ubico, Arana, Lucas, Ríos –de sangre- Mont (saltándonos aquí varios). Pero este tipo de personajes fueron resultando cada vez más desechables, la influencia imperialista y la creciente conflictividad entre las fracciones de los ricos hicieron más efímero el paso de un Lucas o de un Ríos Mont por ejemplo, ¿cuánto aguantaría un Pérez Molina con ese discursito de “urge mano dura”? Poquito si quiere llevar un proyecto aparte al Dionisio Gutiérrez o Los Castillo, y si terminara su periodo pasaría a ser “el peor gobierno de la historia” desplazando al de Portillo, es decir, así sería catalogado en el programa Libre Encuentro los cuatro años siguientes.

Llegamos a la “democracia” y el Estado: UNA MIERDA. La mala administración de las instituciones que lo hacen visible dio paso y fue buena justificación al proyecto neoliberal. En este contexto de TLC, libre mercado y toda la cosa, la voracidad –cosa vieja: si por eso fueron siempre los conflictos- por repartirse el botín (incluso del narcotráfico) nos tiene otra vez en una alta conflictividad. Como ya no es el tiempo de los dictadores, pronto nos dirán que necesitamos de una fuerza de paz multinacional, ¿ONU?

Y ¿Quiénes van arriba en las encuestas? La complejidad en la lucha por el poder no permitiría un gobierno de, digamos, mano dura. Y un aguambado como Colóm, si se queda con la trompa callada y se hace de la vista gorda como Berger lo dejarían terminar. La cosa esta caliente por eso el mismo Colóm agarró ese discurso de maricón lleno de ternura. ¿Cómo se va a atrever a decir ahora que el susodicho pollero es evasor de impuestos o que Vielman es de guante blanco? Además me pregunto yo ¿quién estará pagando ese discurso retador de Pérez Molina y sus muchachas?

Hoy en su columna de Siglo XXI Estuardo Zapeta sale negando que seamos un “Estado Fallido”, se burla de quienes lo andan proclamando para ganarse uno buenos centavos. Pero miren ustedes, si él y su marita lo han estado afirmando por años, es más a ellos les interesa demostrar que nuestro Estado es verdaderamente fallido. El que lee entienda.

Es notable que nuestra situación de Estado Soberano haya sido vituperada una buena cantidad de veces. ¿A quién le interesa un Estado Moderno y eficiente? Seguramente no a Zapeta ni a sus amos. Esa paja de que necesitamos un Estado fuerte es sólo en el sentido de ellos: un Estado Gendarme. ¡El Estado debe de ser débil para que lo puedan mangonear la oligarquía, las transnacionales, los gringos, etc.! Los intentos de Estados nacionalistas fuertes fueron tirados antes de que llegaran a convertirse en constantes desvelos de los gringos y la oligarquía local. ¡Adiós Carlos Herrera! ¡Adiós Jacobo Arbenz! Un Estado fuerte además necesitaría de recursos mayores, decir esto es pecado. Estos suena: impuestos, impuestos, impuestos, impuestos… Ya me imagino gritando a las urracas de la Marroquín: “malditos comunistas, malditos mercantilistas, Estado benefactor, que asco”

Hoy día en los corredores neoliberales está tan de moda desprestigiar al Estado. El Estado es ineficiente para dar seguridad, justicia, salud, educación, infraestructura, el mismo gobierno es inepto. Desde Armando De la Torre, Manuel Ayau Cordon, José Luís Gonzáles Dubon, hasta un Geovany Frati, se oponen a la CICIG, para ellos dan gran cantidad de argumentos. Pero todos ellos estarían muy felices son un sistema carcelario privado, una policía privatizada, etc., mejor aún si fueran administrados por una transnacional gringa. Estos deberes institucionalizados para el Estado deberían ponerse a competir en el mercado. Resulta que ahora el mercado y el Estado deben competir por dar mejores servicios.

Y a los de la GANA poco les importa si no gana Giamatei, ya cumplieron su labor ideoligizante: demostrar que el Estado es fallido y que debe modernizarse al gusto del capital financiero internacional. Ahora se dice que la educación privada, la salud privada es mejor, las carreteras privadas son mejores, etc. Cualquiera de las cosas que antes eran beneficios sociales deben volverse mercancías, el mismo presidente debería buscarse en el mercado, no importa que no sea guatemalteco. ¿Recuerdan a Dionisio Gutiérrez sobándoles la paloma a José María Aznar, a Alvaro Uribe y a Mart Lart? Les decía: “gente como ustedes necesitamos aquí, Don Alvaro cuando deje de presidir Colombia ojala pueda ser presidente aquí en Guatemala, Don José ojala algún día usted pudiera gobernarnos”

No tarda el día en que veamos consumada la muerte de la soberanía nacional, cuando eso suceda en la Marro harán fiesta –como en los cielos- por estos pecadores que se arrepienten.