miércoles, septiembre 12, 2007

Racismo y elecciones 1

En la ciencia histórica hay una corriente llamada historia de las mentalidades. Esta se dedica a estudiar las estructuras mentales que subyacen en la conciencia colectiva por largas temporalidades. Es decir, que luego de pasada una época en las que gestaron, estas perviven a pesar de todo los cambios que las rodean.

Las estructuras mentales son creaciones sociales que llegan a naturalizarse, quieren hacerse imperceptibles en las relaciones humanas, sin embargo allí están. El problema es más serio, ya que se ven como algo a-histórico: Cosas que suceden desde la eternidad hasta la eternidad. Situaciones que desean verse esencialmente metafísicas.

El racismo es un una estructura mental cuya gestación corresponde al periodo colonial que se fue afianzando durante las épocas siguientes, lo vemos muy vivo durante el liberalismo y lo vemos muy firme hoy, La Colonia nos persigue.

La doctora Marta Elena Casaus Arzú, ha escrito un par de textos importantísimos para comprender esta estructura histórica: 1) La Metamorfosis del Racismo, 2) Guatemala Linaje y Racismo. Me parece que el último lo ha reeditado F & G editores. La doctora Casaus se dedica a historiar la percepción que las familias de linaje tienen de los colonizados desde el principio hasta hoy. Aclaro que toda la literatura sobre colonialismo ha dado en llamar al colonizado indígena, de donde se corresponde que ambos términos sean considerados sinónimos, (Memmi, Fanon, Sartre, Balandier, etc.).

Mi propósito no es hacer historia del racismo en Guatemala, sino de plantear algunos puntos sociológicos de este fenómeno.

De un racismo burdo como el colonial hemos venido a caer a uno más estilizado, bajo los supuestos de que las razas no existen se desvirtúa un hecho real: el racismo.

Pues bien la raza no existe en si y por sí, quiero decir metafísicamente o esencialmente, ni siquiera biológicamente, las tesis biologistas fueron desvirtuadas hace mucho. A pesar de todo vemos actitudes, actos, emociones y representaciones que cierto grupo manifiesta en su existencia histórica contra otro. La raza por supuesto es un fetiche, pero el fetiche tiene la característica de posarse sobre sus creadores, por ello el racismo, el fetichismo es también historia. Me he fijado en la forma que ciertos personajes se refieren a Rigoberta Menchú, cuando un columnista escribe sobre ella, despierta una
cantidad de comentarios, desde los más apasionados hasta los más hipócritas racistas.

Bueno, Rigoberta Menchú es por supuesto una construcción política, ya se ha discutido bastante sobre la polémica del libro de Elizabet Burgos “Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia”. Sencillamente el libro se refiere a la historia de un pueblo antes que a biografía singular. Las historias son verídicas, no es cuento lo que sufrió la población indígena durante el conflicto armado. Yo considero que es la irrupción de un pueblo en la historia, eran además historias que en ese momento debían ser contadas, luego de la firma de la paz esto ha sido más fácil.

¿Se puede individualizar a Menchú por su condición actual? Es empresaria, es política, es reconocida mundialmente, pero es india. Quienes hacen mofa de ella con tanto agrado ahora que fracasó en la contienda electoral se refieren a ella como “que su propia gente le negó el voto, su propia gente le dio la espalda”. ¡Qué alegría ver a los indios darla la espalda a una india! Lo ven como un asunto de pragmatismo: “ellos saben lo que les conviene”, “fracaso de la izquierda”, etc. El problema de Menchú no es que tenga pisto o que sea famosa, ella es india. Y ser indio tiene una cantidad de representaciones negativas.

Retrato del Colonizado es un libro clásico sobre el racismo, su autor Albert Memmi dice:

"En realidad, toda opresión se dirige globalmente hacia un grupo humano, y, a priori, todos los individuos en tanto miembro de ese grupo son alcanzados anónimamente por la opresión. A menudo se oye afirmar que los obreros, es decir, todos los obreros, en tanto obreros, padecen tales defectos o tales taras. La acusación racista expresada sobre los colonizados no puede ser sino colectiva, y todo colonizado, sin excepción, debe responder a ella. Se admite sin embargo, que la opresión obrera admite una salida: al menos teóricamente, un obrero puede dejar su clase y cambiar de estatuto. Mientras que, dentro del cuadro de la colonización, nada podrá salvar al colonizado. Nunca podrá ingresar al clan de los privilegiados; aunque gane más dinero que ellos, aunque obtenga todos los títulos, aunque aumente infinitamente su poderío".


Que puede ser más claro para el pensamiento racista nada es suficiente.

Yo demando de esos "serios analistas" más profundidad en sus análisis, no solamente mofas. Está bien que se sientan felices por el fracaso de Rigoberta, pero esto no sirve al análisis serio.



4 comentarios:

charakotel dijo...

Y quién dijo que los payasos a los que aludís, son analistas serios.

Magnífico artículo.

jose lopez dijo...

Tenés razón, por ello he entrecomillado la frase, para darle mejor sentido.

Hop Hunahpu dijo...

Excelente nota, describe perfectamente el caso de Guatemala. A ver si te la replico por allá más tarde.

jose lopez dijo...

Claro quintus, gracias.